Piedra de afilar

Tú que me dices que eres un hombre de hierro,
ten cuidado porque soy imán;
mi magnetismo te resulta irresistible,
pues te atrae y te hace bailar.

Y si te crees que tú vas hacer conmigo,
igualito que con las demás,
te aconsejo mi amor, que lo pienses mejor,
¡No podrás!

Si tu amor es puñal, ya verás
que soy piedra de afilar
y con mi roce le doy ese filo
mortal el que corta más.

Y si tu amor es puñal
yo seré para ti, tu piedra de afilar,
y no olvides jamás tu filoso puñal
me lo puedes clavar.

Sólo a mi, sólo, sólo a mi,
solo, solo a mi.

Tú que me cuentas que tu corazón es piedra,
ten cuidado que soy como el mar
y con mis olas yo te gasto poco a poco
y te amoldo a mi voluntad.

Y si tú crees todavía estar
a tiempo de marcharte y dejarme atrás,
te aconsejo mi amor que lo pienses mejor
¡No podrás!, ¡No podrás!

Tú eres de hierro y yo soy como un imán,
si tú eres piedra yo te gasto como el mar,
y si tu amor es un puñal, yo le doy filo
porque soy tu piedra de afilar.

Y para a completar tengo la vaina pa’
que enfundes tu puñal.