A ti
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Letra de la canción A ti
A ti te estoy hablando a ti,
a ti a la que no escucha.
A ti que con lo que te sobra
me darías la luz para encender los días.
A ti que juegas a ganarme
cuando sabes bien que lo he perdido todo.
A ti te estoy hablando a ti,
aunque te importe poco lo que estoy diciendo.
A ti te estoy hablando a ti
aunque es perder el tiempo.
A ti que te paso tan lejos
el rigor del llanto y la melancolía.
Si nunca dije la verdad fue
porque la verdad siempre fue una mentira.
A ti te estoy hablando a ti
aunque te valga madre lo que estoy diciendo.
A ti que te faltó
el valor para pelear por ti.
A ti que te consuelas con cubrirte de Channel
las huellas de mis besos.
A ti
ya no te queda nada,
a ti ya no te queda nada,
nada.
A ti que por despecho
estas pensando con los pies.
A ti que me dejaste solo
incluso cuando estabas en mi compañía.
A ti te estoy hablando a ti,
tan sorda y resignada.
A ti que duermes con tu orgullo
y te dejas tocar con tu rencor barato.
A ti que te gusta ir de mártir
repartiendo culpas que son solo tuyas.
A ti te estoy hablando a ti
porque no hay nadie más que entienda lo que digo.
A ti ya no te queda nada,
y a mi me queda por lo menos,
este síndrome incurable
de quererte tanto.
a ti a la que no escucha.
A ti que con lo que te sobra
me darías la luz para encender los días.
A ti que juegas a ganarme
cuando sabes bien que lo he perdido todo.
A ti te estoy hablando a ti,
aunque te importe poco lo que estoy diciendo.
A ti te estoy hablando a ti
aunque es perder el tiempo.
A ti que te paso tan lejos
el rigor del llanto y la melancolía.
Si nunca dije la verdad fue
porque la verdad siempre fue una mentira.
A ti te estoy hablando a ti
aunque te valga madre lo que estoy diciendo.
A ti que te faltó
el valor para pelear por ti.
A ti que te consuelas con cubrirte de Channel
las huellas de mis besos.
A ti
ya no te queda nada,
a ti ya no te queda nada,
nada.
A ti que por despecho
estas pensando con los pies.
A ti que me dejaste solo
incluso cuando estabas en mi compañía.
A ti te estoy hablando a ti,
tan sorda y resignada.
A ti que duermes con tu orgullo
y te dejas tocar con tu rencor barato.
A ti que te gusta ir de mártir
repartiendo culpas que son solo tuyas.
A ti te estoy hablando a ti
porque no hay nadie más que entienda lo que digo.
A ti ya no te queda nada,
y a mi me queda por lo menos,
este síndrome incurable
de quererte tanto.